Pasadas dos semanas el cometa dejó de poder verse al amancer y pasó a verse al anochecer. Contabamos con luna nueva, lo que facilitaba la observación, y el cometa se encontraba más cerca de la Tierra, sin embargo su brillo había perdido intensidad (magnitud 4.5). Para poder fotografiar el cometa era necesario desplazarse a un lugar con menor contaminación lumínica y utilizar una montura ecuatorial para realizar seguimiento. La siguiente fotografía se realizó el 25 de julio en el puerto de la Morcuera (Madrid), utilizando un objetivo Nikon AI-s 300mm f4.5 ED a f4.5, un tiempo de exposición de 2 minutos a ISO 800, y una montura ecuatorial Vixen Polarie para el seguimiento. En la imagen pueden observarse las dos colas del cometa, la más fina y estrecha de la izquierda correspondiente al gas ionizado y la más extensa a la derecha correspondiente al polvo desprendido.

Nikon D850 + Nikon AI-s 300mm 4.5 ED a f4.5.
En la misma imagen, pero en blanco y negro y en negativo, pueden observarse mejor las dos colas del cometa.

Nikon D850 + Nikon AI-s 300mm 4.5 ED a f4.5.
Y esto es todo…. hasta dentro de 6800 años, si aguanta la batería de la cámara. 🙂