Evolución de la pandemia en los años siguientes.
Tras el golpe que supuso el estado de alarma y el confinamiento de la primera ola, los muertos desatendidos en las residencias, los funerales sin familiares, la imposibilidad de teletrabajo y los ERTEs…. llegaba el verano. En un pais turistico no se podía prescindir de él, y la población necesitaba salir tras dos meses confinada. Especialmente esto ocurría en la población más joven, con mayor necesidad social y menos preocupaciones y reparos al contacto, pero todos lo necesitabamos en mayor o menor médida. También se necesitaba que la población retomase la actividad laboral normal. pues los ERTEs no se podían mantener indefinidamente. Y evidentemente esto provocó la segunda ola a la vuelta del verano. Aún no contabamos con vacunas y solo el aislamiento podía frenar el golpe. Pero el verano se presta a las actividad es al aire libre y el impacto fue más bajo. con cifras de fallecidos díarias alrededor de 450. También empezó a haber mascarillas, a precio límitado de 5.6 euros por mascarilla. Los listos ibericos empezaban a hacer su agosto.
Pasada esa segunda ola llegarón las Navidades, aún sin vacunas. De nuevo teníamos que ser responsables para evitar los contagios, y ocurrió lo que tenía que ocurrir un mes más tarde, una tercera ola más letal que la segunda, aunque menos que la primera, con cifras que superaron los 600 muertos diaríos. Recuerdo de aquella ola los últimos fallecimientos de personas allegadas, y recuerdo tener que ir a trabajar en un centro de datos y estar en un pasillo frio de escasos 7 m2 con 8 personas, yo con 2 mascarillas, una FPP2 y otra de tela y algunos compañeros con mascarillas negras como el hollín. Tras esta tercera ola empezaron a estar disponibles las vacunas, con las prioridades lógicas por grupos de edad (aunque algunos listos ibéricos se las saltaron),
Pasarón las fechas navideñas y las olas de primavera y verano (cuarta y quinta respectivamente) fueron suaves. Afectaron principalmente a gente joven, aún no vacunada, y sus recuperaciones fueron rápidas. El estado de alarma acababa de ser retirado pero pesar de ello estuvimos cerca de los 200 muertos al día en el pico tras el verano. Por aquellas fechas empezó la vacunación en mi grupo de edad y en Junio/Julio de 2021 me pusieron la primera y segunda dosis, de Pfizer. Recuerdo que en 2021 fueron mis primeras vacaciones tras la pandemia, recuerdo los certificados europeos de vacunaciòn, y las médidas anti COVID de los hoteles: mamparas, horarios prefijados de comidas, los cambios de los buffets del desayuno…
Sin embargo tuvimos un repunte tras las Navidades de 2021 debido a la variante Omicron. Ya habían surgido otras variantes del virus, pero ésta tuvo importancia. Volvimos a estar cerca de picos con 400 muertos diarios mes y medio después de las fiestas. En Enero de 2022 me puse la tercera dosis de la vacuna, esta vez Moderna.
Y pasó un año, y en Enero de 2023 me puse la cuarta dosis. Y cuando ya nadie hablaba de olas ni de COVID y yo parecía un bicho raro por haberme vuelto a vacunar por cuarta vez, Moderna en esta ocasión, un par de meses después cogimos el todos el COVID por primera vez.
Dudo si en realidad lo cogí por primera vez o por segunda vez. En Febrero de 2020 cogí la peor «gripe» de mi vida. Aún en ese momento no se hablaba del COVID, pero afortunadamente me aislé en el piso de abajo. Recuerdo haber ido a un cliente el día 11 de Febrero y estar «con trancazo» (que iba a saber yo en aquel momento) y el 14 de Febrero cancelar una cena con amigos en el casino de Torrelodones porque me encontraba a morir. Esos días tuve que dormir en el salón, primero sentado en el sofa y luego en la mesa del comedor apoyando la cabeza en almohadones, con 39ºC de fiebre y con el dolor de cabeza mas fuerte de mi vida. A base de paracetamol e ibuprofeno me recuperé pero a finales de mes, tras otro pico febril, pasé por el médico de cabecera, que sin protección alguna (que iban a saber ellos en aquel momento) me examinó la garganta y me recetó el tratamiento antibiótico con el que me recuperé del todo. No sé si fue COVID, pero se le parecía. Sea como fuere, cogimos todos el COVID. Primero mi suegro, en el centro de día posiblemente, luego nosotros. Afortunadamente sin incidencias.
Y en Enero del 2024 me puse la quinta (y última) dosis, porque volvi a cogerlo (esta vez solo yo) en Julio de 2024. Y en 2025 ya no me he vacunado al no haber pasado los 6 meses correspondientes. Afortunadamente, a fecha de hoy todo parece haber pasado y el COVID ha llegado para quedarse, de forma crónica como la gripe, con vacunaciones periódicas, pero sin golpear tan intensamente como el Marzo de 2020.